Orígenes del español. En la formación del español han intervenido elementos de
dos clases:
a) Elementos latinos.
b) Elementos no latinos.
Nuestra lengua es fundamentalmente
de origen latino. Aproximadamente 75% de sus vocablos proceden del latín.
Elementos no latinos del español.
Aunque el español es fundamentalmente de origen latino,
en su formación han intervenido además los elementos siguientes:
a)
Elemento preibérico, especialmente el vascuence o éuscaro.
b)
Elementos ibérico, céltico y celtibérico.
c)
Elementos fenicio y cartaginés.
d)
elemento griego
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Por intermedio del
latín literario pasaron al español vocablos cultos de origen griego, como biblioteca, escena, comedia, coro, drama,
gramática, filosofía, idea, melodía, metáfora, museo, oda, peristilo, rapsodia,
retórica, sátira, sinfonía, tragedia y otros muchos…
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A través del lenguaje
popular latino hemos recibido en el español numerosas palabras.
Unas se
refieren a fenómenos naturales ( como antro.
Barranca, cima, gruta, horizonte, istmo), ora del reino mineral ( como piedra—con su enorme cantidad de
derivados castellanos---, ágata,
amatista, amoníaco, arcilla, berilo, calamina, cinabrio, cobre, cristal,
diamante, metal, ónice), ya del reino
vegetal ( como acanto, amaranto,
caña--- con sus múltiples derivados castellanos---, crisantemo,, dragontea, esparto, frijol, geranio, miosotis, orégano,
perejil, ruibardo, vino, zumo), ya del reino animal ( como crisálida,
elefante, pulpo, rinoceronte).
Otras se relacionan con la vida humana individual y
colectiva ( como apoteosis, bodega y
botica, celo, circo, cítara, cedra---arcaico, usado en Berceo y guitarra,
chisme, disco, ensayo, epitafio, estadio, falange, féretro, hipódromo,
melancolía, misántropo, palestra, pira, piropo, propina, triunfo).
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En la época imperial
romana se introdujeron muchos helenismos en el latín vulgar. De entonces
proceden, entre otras, la palabra cada (
cuyo origen es la preposición griega cata, a la que dio un sentido distributivo: cada dos, cada tres) y los sufijos
verbales izare, e ideare, y éstos, a
su vez, del griego izein.
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Por otra parte, el
latín sirvió de vehículo porque trasladó del griego al español numerosas voces
de carácter eclesiástico, valiosísima aportación lexicológica del cristianismo.
Tales son ángel, apóstol, bautismo,
blasfemia, católico, cisma, cristiano, Cristo, diablo, diócesis, Eucaristía,
evangelio, exorcismo, herejía, iglesia, mártir, misterio, paraíso, y otras
muchas.
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A todo lo anterior
debe de añadirse el enorme conjunto de denominaciones técnicas, puestas a
objetos que la civilización helénica no
poseyó ( como microscopio, periscopio,
telégrafo, teléfono, etc), pero cuyos elementos verbales se han tomado de
la lengua griega.
e) Elemento germánico.
f) Elemento árabe, el más importante del
latín.
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En su aspecto
lexicológico aportó al español términos de significación bélica ( rebato,
atalaya, almena,…) y, en general, referentes a los diversos órdenes de la
vida: abalorio, aceituna, acelga, aceña, acequia,
adarme, adelfa, alacena, alacrán ,
alambique, alarife, alazán, albacea,
albahaca, albañil, alboroto, aldea, alcabala, alcachofa, alcancía, alcanfor,
alcantarilla, alcoba, alcohol, alféizar, almacén, almohada, álgebra, algodón,
alquiler, ajuar, azufre, azote, azotea, azucena, arancel, azul, elixir, fanega,
gandul, gañan, guarismo, haragán, jinete, jazmín, laúd, orangután, maquila,
maravedí, naranja, noria, quilate, quintal, rabel, recua, retama, sandía,
tabique, tambor, tarea, tarifa, tafetán, talismán, taza, zaguán, zanahoria,…
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A los árabes debemos
también la preposición hasta, las
interjecciones ¡eh!, ¡hola!, ¡arre! y
¡ojalá!, los indefinidos fulano,
mengano y zutano.
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En su aspecto
morfológico, adviértase la gran cantidad de palabras compuestas con el artículo
al ( alberca, etc.), a veces
reducido a la a ( azotea), y con el
sufijo í, en palabras como aceituní,
alhelí, baladí, bengalí, benjuí, carmesí, hurí, maravedí, etc.
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La fonética española
guarda restos de la influencia árabe. Así, la j inicial procedente de una s
latina ( ej.: jugo de sucum; jarcia de
sarciam; jeringa de syringam) y la conversión de la st latinas en z ( ej.: pastinacam, biznaga).
g) Elemento hebreo.
En
nuestro vocabulario han quedado varias palabras de origen hebreo, modificadas a
través del latín.
Son nombres propios ( como Abel,
Abraham, Adán, Babel, Benjamín, David, Eva, Ester, Gabriel, Isabel, Ismael,
Jacobo, Jesús, José, Judit, Lázaro, Manuel, Matías, Mesías, Miguel, Zacarías.
Nombres
comunes : aleluya, amén, cábala, edén, fariseo, hebreo, hosanna, jebuseo,
jubileo, judío, querube, rabino, sábado, sefardí, serafín, …
h) Elemento americano
A consecuencia del descubrimiento de América se
introdujeron, desde fines del siglo XV, en el romance español numerosas voces
procedentes de las lenguas indígenas
americanas.
De
las Antillas, lenguas caribe y haitiana; tenemos: batata, cacique, caimán, caníbal, canoa,
caoba, carey, colibrí, guayaba, hamaca, macana, maíz, papaya, piragua, sábana,
tabaco, tiburón…
Proceden de México
las lenguas náhuatl, tarasca y maya, con palabras como aguacate, cacahuate, cacao, camote, chocolate, hule, jícara, nopal,
petaca, tiza, tomate, y otras más.
Son sudamericanas las
lenguas aimará, quechua y guaraní, ejemplos:
coco, tapir, tapioca, tití, alpaca,
cancha, cóndor, guano, loro, llama, pampa, papa, puma, vicuña, …
i) Elemento de lenguas modernas.
Las relaciones culturales,
históricas y comerciales de España con otras naciones europeas, especialmente
Francia, Italia, Inglaterra y Alemania, han influido en nuestro vocabulario,
enriqueciéndolo con voces incorporados ya en nuestro idioma.
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Del francés hemos
tomado palabras como bajel, billar,
blusa, broche, bufete, burel, cadete, camión, corchete, cofre, dosel, ficha,
furriel, galerna, hotel, jardín, manjar, miniatura, obertura, paje, parque,
reproche, sargento, trinchar, vergel, …
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Del italiano
proceden alerta, bagatela, baqueta,
bisoño, boleta, brújula, centinela, coronel, cucaña, chusma, escopeta, fachada,
fragata, opereta, parapeto, pestaña, saltimbanqui, soneto, tesitura, …
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Del inglés vienen babor, bote, dogo, dólar, cheque, líder,
mitin, rifle, tranvía, trole, vagón, …
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Del alemán tenemos
blindar, blonda, bloque, boxeo, cuarzo,
draga, rifa, sable, tonel, toalla, vals, y otras …